José Manuel Bautista Vallejo. Profesor Titular del Departamento de Educación de la Universidad de Huelva; Fabiana Kauark. Profesora de la Universidade Estadual de Santa Cruz (Brasil) (28/05/2007)
Ya no hay ninguna duda de que el ordenador es el instrumento tecnológico más potente puesto al servicio de la educación.
El medio informático tiene cabida en todos los niveles educativos. Más aún, hoy el ala de Infantil no es un lugar en donde estos equipos estén marginados, en muchos centros escolares ocupa un lugar preferente, más allá de ser el protagonista de uno de los rincones de aula.Hasta no hace mucho era frecuente encontrar en los centros escolares que los mejores equipos, los más potentes, multimedia o los conectados a la red eran de uso exclusivo para el profesorado y el alumnado de cursos superiores.
Esta distribución ocultaba la errónea concepción de que los pequeños son simples observadores, no tomando en consideración el hecho de que este elemento es cotidiano en los hogares de niños y niñas y lejos de resultarles extraño están familiarizados con él.
La revisión empírica de las aplicaciones del ordenador en el ámbito Infantil Patterson (2004), pone de manifiesto sus enormes posibilidades para alcanzar los objetivos curriculares, a saber:
• Prelectura
• Aprendizaje de conceptos básicos en matemáticas y geometría
• Psicomotricidad (fina)
• Organización espacial
• Reflexibilidad
• Tratamiento terapéuticos, de rehabilitación, recuperación
• Etc.
Todos estos aspectos, que forman parte del desarrollo psicomotor, cognitivo y emocional general, están a la base de un cuidado inicio en la adquisición de estrategias de aprendizaje que conformarán más adelante una amalgama bien estructurada de capacidades de trabajo intelectual.
Estas capacidades permitirán a los alumnos afrontar de una manera diversa las distintas formas en que conocimientos, saberes, valores, actitudes, aplicaciones, destrezas, etc., se nos aparecen, para una total competencia en el conocimiento.
De incorporar sistemáticamente los ordenadores en las aulas de Infantil obtendríamos una mayor autonomía en el autoaprendizaje, aumento del control y toma de decisiones sobre las tareas a realizar, adquisición de destrezas, alta comprensión del lenguaje iconográfico y visual, equivocaciones sin temor y corrección automática, aumento de la colaboración, la ayuda mutua entre niños (se enseñan los unos a los otros, comparten, deliberan), fomento de valores de convivencia y respeto, es decir, niños y niñas pequeños investigan, escuchan, ven, oyen, aprenden muy deprisa, reciben una gran cantidad de estímulos en un afán de búsqueda y curiosidad por hacer, ver, oír, probar, justo en un ambiente de ausencia de miedo al ordenador.
Son muchas las investigaciones que aportan las evidencias de estos comentarios precedentes. Por ejemplo, Domingo Segura (2000) afirma que en Infantil y el primer ciclo de Primaria la realización de operaciones sencillas con el equipo, mejora y ejercita la atención, la percepción, la adquisición de conocimientos básicos y el acercamiento a los medios y su uso.
En definitiva, los primeros años de vida son una etapa clave para sentar las bases de futuros aprendizajes. Precisamente por eso, no se trata de que niños y niñas observen con interés las acciones de su profesor; en estas edades tempranas se recomienda la inclusión del ordenador en el aula y el desarrollo de habituales incursiones en el mismo.
Las computadoras, así, pueden ser empleadas para trabajar en equipo en tareas de indagación colectiva, expresión, creación, toma de decisiones o mejora de habilidades, superando las tradicionales fichas.También se ha descrito cómo estos equipos informáticos están a la base del desarrollo del lenguaje, del pensamiento matemático y la resolución de problemas, de la diversidad cultural y los “backgrounds” del lenguaje, del apoyo a los niños con necesidades especiales de aprendizaje, etc. (O'Rourke y Harrison, 2004).
Es necesario, al mismo tiempo, completar esta tecnología con medios electrónicos propios para la informática; así, por ejemplo, el ordenador se complementa con el uso de un adecuado software, altavoces, lector de CD-ROM, impresora a color y escáner de mano para digitalizar los trabajos de los alumnos.
No podemos engañarnos, todas estas tecnologías son hoy ya definitivamente y en este nivel tecnologías sencillas en su inclusión e uso.Así mismo, las experiencias determinan que no importan tanto la calidad técnica del mismo (compatibilidad, duración, buen diseño sin errores, condiciones de hardware necesarias para su funcionamiento, uso de otras tecnologías asociadas, claridad de instrucciones y facilidad de manejo) como su potencial curricular y cualidades educativas (en cuanto a contenidos, adecuación, motivación, proceso de interacción didáctica, seguimiento de los progresos del alumnado, objetivos previstos, simulación y ambientación, captación del interés, posibilidad de intervención del profesor, etc.). Es más, su mejor potencial está en el conjunto de capacidades fundantes que deja en niños y niñas, justo en el origen de su desarrollo intelectual.
La definición de la inclusión de las computadoras, de todo el entramado TIC en las aulas de Infantil obedece, pues, a estos argumentos. Si bien esto, las investigaciones ponen de manifiesto la frecuente y problemática distancia existente entre las posibilidades de desarrollo en niños y niñas, sobre todo en el terreno de sus capacidades de trabajo intelectual, creciente y fundantes desde el momento inicial, y la competencia de los profesores para hacer de éstos instrumentos clave en el desarrollo infantil.
Se acredita un uso pobre y en ocasiones erróneo de estas tecnologías, lo que implica la pérdida casi total del potencial de las mismas.
Las experiencias en los centros TIC a lo largo del territorio nacional están siendo un vivero importante para estas cuestiones, pero no olvidemos que estamos todavía en la prehistoria de la tecnología informática.
Referencia: www.educaweb.com
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